martes, 27 de julio de 2021

"....De Charallave es el queeeeeso,,," . Por: Juan Quintana.

 





“…de Charallave es el queeeeeso…”

Por: Juan Quintana.

 

La cuajada tempranera,

cuando el alba despuntaba,

marcaría así el comienzo,

de una faena añorada.

 

La leche de algún ordeño

a fuego lento montada,

y paleta tras paleta,  

sus sueños así lograba.

 

Un toque de algún secreto,

a su receta agregaba,

dejando un grato sabor

que al paladar deleitaba.

 

Eran los mejores quesos,

aquellos quesos de mano,

esos quesos deliciosos

con sabor venezolano.

 

Muchos quesos  he probado,

con sabores exquisitos,

simples o aliñaditos,

gruesos o delgaditos.

 

Pero el de Enrique señores,

y no es porque yo lo diga,

tenía encanto, tenía magia,

y un no sé qué de la vida.

 

 Sus aromas y sabores,

hoy llegan a mi memoria,

y tal vez queden plasmados

en los libros de la historia.

 

Viajaran en el recuerdo

los quesos en sus perolas,

de un hombre de nuestro pueblo,

el gran Enrique Oloyola.

martes, 20 de julio de 2021

¡NO ME JUBÍLO MÁS…! POR: JUAN QUINTANA.

 

¡NO ME JUBÍLO MÁS…!

POR: JUAN QUINTANA.

 

  Dos semanas antes de aquel jueves 30 de agosto de 1973, habían comenzado mis clases formales de baile, ¡que ridículo suena!, pero es así, mi prima Lourdes, toda una experta bailarina, no dudó en decirme: “primo yo te enseño a bailar”, y listo, solo bastó su palabra y comenzamos, fue algo así como un curso intensivo, de apenas dos semanas, lástima que en esa época no existía eso que llaman ahora “online”, les aseguro, que el sr Google, me hubiese orientado, y hoy, después de 48 años, sería todo un famoso en eso del “dance to dance”…, recuerdo que comenzamos las clases, o mejor dicho el curso intensivo, con  “Pasodobles”, ya que ese sería el inicio de cada uno de los sets, de la orquesta Billos, que se presentaría en el altozano de la Iglesia , justo ese 30 de agosto, en las fiestas patronales.

 

 

     De pana y todo, que el pasodoble, yo lo veía “papayita” para aprender, la posición de la pareja: uno enfrente del otro y sin soltarse y con los cuerpos pegados ligeramente desplazados hacia la izquierda. su ritmo era muy simple: un paso por tiempo y se debia permanecer todo el tiempo con los cuerpos en paralelo, sin soltarse, más fácil  era imposible, pero en esa clase, que valía  20 puntos, creo que no llegue a sacar ni siquiera 07 puntos, estaba literalmente raspado, pero claro, con opción a reparación…, tardamos cuatro días con clases de pasodobles, y lo máximo que pude lograr fueron 8 puntos de 20, había progresado un poco, pero de igual forma estaba raspado.

 

 

 Los siguientes cuatro días de clases, Lourdes lo dedicó a enseñarme merengue y cumbia, y les confieso, que sentí que me desenvolvía muchísimo  mejor, era algo parecido al pasodoble, pero tal vez un poco más rápido…, en serio, yo me sentía mas cómodo, bailando el merengue y la cumbia, que el  mismo pasodoble, eso era  como pan comido, más fácil que pelar mandarina, seguramente Maikel Jackson o Chayanne, quedarían de  segundones después  de mí, créanme que le puse toda mi dedicación, haciendo un esfuerzo sobrehumano para convertirme en todo un experto en merengue y cumbia, y en esos 4 días, dándole duro sin descansar, logré llegar a 8 puntos sobre 20, igualmente estaba raspado, pero con un empujoncito, tal vez podía llegar a 10 puntos, sin necesidad de ir a reparación.

 

 Los siguientes 6 días de clases, ya Lourdes los tenía programado, tres días para para la música moruna y otros sones, y los otros tres días, ya al final del curso, los dedicaría a la guaracha y otros estilos, lo de moruno y sones, era porque en cada set, el Gitano Maracucho se lucia con este tipo de ritmo, pero les confieso, que en esto del Son Moruno no vi luz, recuerdo que me colocó solo 3 puntos sobre 20, creo que lo hizo como para que yo no me sintiera mal, es decir, era una nota de consolación, como para no ponerme cero.

 

 Ambos habíamos obviado lo de las clase de Boleros, ya que cualquiera, hasta una momia, podía bailar Bolero, eso verdaderamente si era pan comido, en tal sentido decidimos no perder tiempo con las clases de Bolero…, solo faltaba, para los últimos tres días,  las clases de Guaracha, que estábamos seguros, era mucho más difícil y  más complicado, por la variedad de pasos que implicaba ese género, y  había que dedicarse de lleno para tratar de aprenderlo…, la Guaracha era algo así como “Las tres Marías en bachillerato”, química , física y matemática, era lo más difícil sin duda alguna..., peeeero, peeeero, como siempre, hay un pero, por razones que no vienen al caso, me jubilé esos tres días, y no asistí a esas clases de Guaracha, por consiguiente, para Lourdes, esas clases quedarían como: “Clases Vistas”, por el simple hecho de haberme jubilado.

 

 

  Llegaba así el 30 de agosto, el día esperado para lucirnos en ese baile que daría Billos, en la recién inaugurada plaza bolívar de Charallave, ya el Portu Juan Manuel y el Negro Orlando, que al igual que yo, tenían ambos pies zurdos, y los dos oídos tapados, es decir, tampoco sabían bailar, habían comprado un litro  de aguardiente San Tomé, y dos sobres de culei (Kool Aid) de frambuesa, para preparar la tradicional guarapita de los estudiantes.

 

 La Procesión de Santa Rosa, acababa de entrar al Templo, y ya los músicos de La Billos, estaban encima del altozano, preparando su espectáculo…, tres palos de guarapita fueron suficiente para que cada uno de nosotros se entonara, y sintiera la fuerza suficiente para enfrentar el compromiso de echar un pie, nada más y nada menos que con la orquesta más popular de Venezuela, La Billos.

 

 

  A las 10 y cuarto de la noche, arranca la orquesta con su tradicional tema de entrada, que por cierto, a muchos les para los pelos de punta, “para bailar solo se necesita, el repicar de un par de maraquitas….”, luego iniciaban el primer set con Memo Morales, cantando el pasodoble “y Viva España”, y yo me hago el loco, y me aguanto, porque me acordaba del 07 que había sacado durante la clase de pasodobles, es decir, no me podía dar el lujo, de arriesgarme y meter la pata, con un ritmo que ni siquiera había aprobado en mi curso intensivo, y me dije para mis adentros: “espera tu turno, quédate tranquilo, que el equipo gana, el bolero es el tema para coronar”.

 

 El Portu Juan Manuel, estaba más paleado que nosotros, o no sé si era que se  estaba arriesgando más que nosotros, ya que sin darnos cuenta, había sacado a bailar a Carola, con ese pasodoble “Y Viva España”,  tristemente, Juan Manuel empezó con mal pie, estaba vuelto un ocho, el negro Orlando y yo lo veíamos con algo de compasión, sabíamos que estaba pasando trabajo, andaba más enredado que un kg de estopa, no sabíamos si reírnos o no sé qué carrizo…, la plaza estaba full, recuerdo que mi hermana, se había subido por un lateral del altozano, y no sé por qué razón, Cheo García, en uno de esos intermedios del pasodoble, la saca a bailar ahí mismo en el altozano, y yo, al ver eso, créanme de pana, que me dio algo así  como un poco más de confianza, pero de igual forma yo estaba asustado, y lo más prudente, y además  conveniente, era que esperara mi turno al bate, para sacarla de jonrón.

 

 

 El Portu Juan Manuel, seguía bailando, o mejor dicho, dando traspiés en plena plaza Bolívar, mientras nos veía desesperado, como queriéndonos decir, ”sálvenme nojoda”…, al fin termina el pasodoble y vemos a Juan Manuel regresar a su esquina, agotado, extremadamente exhausto, cual boxeador después de haber caído cuatro  veces a la lona en mismo round , Carola del tiro agarró la escapada y no se le vio más…,los tres, Juan Manuel, Orlando y yo, como  para darnos fuerza, nos echamos otro palo de guarapita de frambuesa, esperando el próximo tema…, ya yo tenía visteada a la hija de mi viejo amigo Rómulo, que estaba sentada  en una de las jardineras de la plaza, esperando el anhelado Bolero para sacarla a bailar, y lucirme como en las grandes ligas, el Negro Orlando, con su típico afro de moda, nos metió la coba  que se sentía un poco mareado y no se atrevía  sacar a ninguna muchacha a bailar, claro, sabíamos que solo era una excusa, los tres estábamos bien claritos, que entre los tres teníamos 6 pies izquierdos, y 6 oídos sordos.

  

 Sigue la orquesta sonando, y entra Cheo García con el tema: “Compadre Pedro Juan”, un merengue sabroso, y casi que estuve a punto de tirarme por ese barranco, y sacar a la muchacha a bailar, pero más pudo el temor, y de guapo, o mejor dicho consciente de la lavativa, preferí aguantarme, esperando a Ely Méndez con un bolero…, ya la botella de guarapita de color rojo intenso, por la frambuesa, estaba llegando a su fin, era la última ronda para los tres, hasta dejar la botella vacía, yo estaba mosca, no podía perder mi turno seguro, y estaba pendiente de cuál de los cantantes se colocaba al centro de la orquesta, porque ése sería el que  cantaría el próximo tema, y en efecto sale el Gitano Maracucho y se coloca justo en el centro, y entra cantando “Fantasía Moruna”, y me dije a mi mismo, para mis adentros, “paso y gano”, pero yo estaba segurísimo, que la próxima, sin pele alguno, sería un Bolero cantado por Ely, y ahí estaría yo, triunfando como en la mejor plaza de toros del mundo, cortando rabo y orejas, pero créanme que de verdad, verdaíta, yo estaba asustado, y hecho el paisa, yo veía a mi alrededor,  y eso era “un mundo de gente”, la plaza estaba full por los cuatro costados, ya casi paloteado, o medio mareado, lograba ver a Abelardo Hernández, al negro Ángel Centeno y a Cesar Ramos “Carretón” haciendo de las suyas, comiéndose la pista, ya que eran todos unos expertos bailando lo que sea, creo que eran los mejores de esa época.

 

  Ya casi terminaba Memo con su “fantasía Moruna”, y yo, silenciosamente, me voy acercando hasta la jardinera de la plaza para ponerme en posición anotadora, y así,  sacar a bailar a la hija de Rómulo, mi viejo amigo, no había dudas, después de haber cantado Memo y Cheo, era indudable que viniera Ely Méndez con un Bolero, y tratando de asegurarme, para no tener caída y no rodar, veo entre reojo, que Ely se va acercando al centro de la orquesta, y me dije: listo, “ese bolero es mío”, ni corto ni perezoso, es decir de una, le estiro la mano a la muchacha haciéndole una invitación a bailar, y la chica no lo pensó dos veces, se paró de inmediato, y la llevo justo frente al altozano, ese día, yo  estaba estrenando un pantalón de la moda, bota ancha, de color tornasol y una camisa manga larga estampada, con figuras de caracol y otras especies marinas, estaba a la altura de los pavitos “Yeyé-Gogó” de la época …, ya todo estaba listo, ya me imaginaba casi durmiéndome bailando uno de esos famosos Boleros de Ely Méndez, la pista era mía, estábamos colocados justo frente a la Orquesta, pero de manera sorpresiva, veo que Ely se va retirando al fondo de la orquesta,  y entra de nuevo Cheo García, y de una vez, la orquesta comienza a tocar la guaracha “En el Tren de Seis”, pegué el grito al cielo, y en silencio comencé a tragar grueso, me habían cambiado la seña, no encontraba que hacer, en 5 segundos rece como 4 padres nuestros y 7 ave María, no me salvaba ni un palo de agua, ligando que se fuera la luz o que ocurriera algo inesperado y la orquesta dejara de sonar, sentía que la muchacha, con algo de paciencia, trataba de agarrarme el paso, y llevarme poco a poco, hasta que yo agarrara el ritmo, pero los pasos míos estaban más perdidos que el hijo de  Lindbergh, mis dos pies zurdos chocaban entre sí, se atropellaban mutuamente,  venía a mi mente la clase de guaracha que mi prima Lourdes dio por “Clase Vista”, solo por culpa mía, por haberme jubilado, sentía que estaba haciendo el ridículo de manera exclusiva y extraordinaria, creo que las 400 o 500 personas que estaban ahí en la plaza, que parecía más bien un concierto en el Madison Square Garden con 25 mil personas, estaban, todos, dirigiendo sus miradas hacia mí,  casi asesinándome, yo era algo así como el centro del espectáculo, hasta el Gitano Maracucho creo que se estaba burlando de mí, y yo deseando que la tierra se abriera y me tragara, o no sé, de repente tener un tapa bocas, como en la actualidad, y que la gente no supiera quien carrizo era yo, el sudor comenzó a brotar como cántaro de agua, los poros se me abrieron cual “Compuerta del Guri”, y sentía que el alcohol del “San Tome” me salía hasta por los oídos, cualquiera que encendiera un fosforo en ese momento, volaríamos tal explosión con C4,  me sentía empapado de sudor, y pensé por un momento, que no era solo sudor, ya que hasta las campanas de mi pantalón color tornasol, las sentía húmedas, la frambuesa del culei, (Kool Aid), salía más atrás por mis poros, y mi piel comenzó a tornarse roja, apenas había transcurrido 50 segundos de la bendita canción “En el Tren de Seis”, cuando la muchacha, cansada de tratar de que yo agarrara el paso, o de que al menos dejara de pisarle los pies, no aguantó más, y me dejó solo en la pista, es decir, me dejó el pelero, no sabía qué hacer, sentí que el mundo se me venía encima con todo y sol, y luna y estrellas, era algo así cono la hoguera con Juana de Arco, o el mecate rozando mi cuello como el de Judas Iscariote , y parafraseando a Rodrigo de Triana en su aventura por esto lares, cuando dijo: ¡ tierra…tierra…! , yo solo pensaba en ¡trágame tierra, trágame tierra!.

 Y entonces fue cuando  decidí  gritar:

 “NO ME JUBILO MAS”.  

 

 

 

 

 

domingo, 11 de julio de 2021

"EL MANCO BARTOLO", EN EL CHARALLAVE DE ANTAÑO, NARRACION: JUAN QUINTANA.

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"POEMA 20" DEL CHILENO PABLO NERUDA, VOZ: JUAN QUINTANA



"POEMA 20"
PABLO NERUDA.
Tal vez, este sea uno de los poemas más emblemáticos del artista Chileno, Premio Nobel de Literatura 1971, PABLO NERUDA, nacido el 12 de Julio de 1904. Considerado "el más grande poeta del siglo XX",

 


lunes, 5 de julio de 2021

DESBORDAMIENTO DE LA QUEBRADA DE CHARALLAVE, POR: JUAN QUINTANA

 

Solo Recuerdos…

Por: Juan Quintana

 

 

…y así, venías serpenteando desde tu naciente, sin descanso, con tu andar imponente y tu mirada  fija más allá del horizonte, haciendo gala de tu exuberante belleza…, brotabas como por arte de magia, allá en lo más alto,  en Boca de Mesia, donde en  otrora,  los frondosos jabillos y cedros te daban abrigo, y permitían así, que aflorara tu néctar cristalino, para comenzar tu largo recorrido…,

Argua,  Las Cortinas, Mesia, Los Peñones, y tantos otros lugares, muestran sus riberas como testigo silente de tu apresurado paso.

En ti disfrutamos en aquellos días de verano, eras elegante, sencilla y extraordinariamente hermosa.

Y sin saber por qué, despertaste furiosa, de aquel prolongado letargo que atrapaba tus fuerzas, y te volviste bravía, y nos sorprendiste con tu indetenible fuerza arrolladora, aquel domingo 5 de julio de 1981.