A MARCOS “MARACO” ALVARENGA.
POR: JUAN QUINTANA.
…ahí estás, guerrero como siempre, incansable como
siempre, luchando como siempre…, ahí sigues, desde una nueva trinchera,
enfilando tus armas en una nueva lucha, con motivos diferentes, espacios diferentes y tiempos diferentes…, eres
incansable, y tus armas serán siempre infalibles, usándolas en el momento justo, sin fallar…, no te has
permitido fallar jamás, he ahí tu grandeza…, no has fallado, y lo sabes
perfectamente, lo sabe tu cuerpo, lo sabe tu conciencia, ambos lo saben, aunque
no siempre, esos triunfos se han traducido en obtener el primer lugar, ni el
mejor cargo, ni el mejor premio…, por eso, sigues siendo grande, sin duda, y
tus armas siguen ahí, acompañándote, incólumes como tu existencia, integras
como tu vida, incorruptibles como tu conciencia…, tus luchas, tanto de otrora
como recientes, no tuvieron ninguna diferencia entre sí, a pesar de ser
épocas diferentes, actores diferentes, y colores diferentes, pues, tus armas
fueron las mismas: la honestidad, el sentido de la amistad, los principios, la
dedicación, y la certeza y convicción de la fe…, era imposible fallar con esas
armas, así como será imposible fallar
ahora, en esta nueva lucha que librarás en tu interior, contra un pasado que
aflora en tu mente, y un presente que casi se diluye en el tiempo, ya sin importar ideales ni colores, y quizás
sin saber de espacios y de tiempos, te enfrentarás a un sinfín de ráfagas, muchas de ellas de manera
imperceptibles, que hablarán de tu pasado, de tus vivencias, de las tertulias
en tus calles, de tus padres, o de las manos prodigiosas de la Negra Correa,
cuando a pesar de las circunstancias, logró que surgiera de tu interior,
ese primer llanto que te traía a la
vida…, pero, también, con una mezcla de nostalgia y tristeza, habrá que
admitir, y esto, parafraseando un poco, a uno de los más grandes de todos los
tiempos, Martín Luther King: “al final, no recordarás las palabras de tus enemigos, sino el
silencio de tus amigos”.
Que Dios te siga bendiciendo enormemente, con salud,
con fortaleza y con infinito amor..., eres grande hermano, sin duda alguna, se
te aprecia mucho.
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