EN CADA FOTO, SIEMPRE HABRÁ
UNA HISTORIA POCO CONTADA.
…sin duda
alguna, esta es una foto para el recuerdo, una foto que envuelve consigo, casi
un siglo de historias, historias que están ahí, deambulando por nuestras
calles, historias que nos gritan a los mil vientos, que le demos vida,
historias que solo esperan por nosotros para ser contadas…,
Eran los
años de la dictadura del Benemérito, Juan Vicente Gómez, Charallave, a pesar de
las circunstancias políticas, sin duda
alguna, mostraba evidentes signos de prosperidad, innumerables haciendas,
ganado, un comercio prospero (para la época), modestas, pero confortables edificaciones,
y el privilegio, por un lado, de ser la
puerta grande hacia los llanos centrales, y por el otro, la cercanía a la
capital, que la hacían mucho más atractiva…, la memoria fotográfica,
evidentemente, es el reflejo de un momento en particular, y en esta foto, a
pesar de lo raído por el tiempo, tal vez pudiéramos reafirmar, o al menos
imaginar, un Charallave floreciente…, edificaciones muy bien plantadas, con
rasgos muy característicos, de aquella Venezuela en pleno desarrollo petrolero,
edificaciones que por suerte, aún se mantienen intactas, luego del transcurrir
de centenares de lunas y soles, edificaciones dignas de ser preservadas, y que
representan, un testigo silente de nuestra historia…, esta es, sin temor a
equivocarme, una fotografía, a la altura de las mejores postales del mundo,
envuelta en un escenario perfecto, cuyo fondo muestra al imponente Cerro de La
Cruz, virgen aún, al parecer, como en sus inicios…,una imagen congelada de un
momento mágico, que nos indica con gran claridad, una era de prosperidad…, una reliquia
fotográfica, que se desnuda por sí sola, milímetro a milímetro, y que a su vez,
va hablando poco a poco de su pasado, con una Estación de Servicio, provista de
un par de surtidores de gasolina, justo frente a la vieja Plaza Bolívar, donde
hoy funciona “La Legendaria” Nueva Tienda, de Jesús Fernando Pérez, una
Estación de Servicio, quizás de las más tradicionales, la cual era
regentada por Manuel Vicente Benjamín Arocha,
hasta principio de los años 30, cuando finalmente dejó de funcionar…, una
espectacular estampa, que nos muestra algunos vehículos de la época, estacionados
a un lado de la Calle Real, entre ellos, un lujoso Packard, de finales de los
años 20 y principios de los años 30, que quizás, sea otro de los indicadores
más expeditos, para circunscribir la fecha aproximada, de esta extraordinaria,
y muy emblemática fotografía en blanco y negro.
La historia sigue estando ahí, en cada calle, en
aquel viejo cine, en su gente apacible, en su casona de corredor, en su
granjería criolla, o simplemente, en esta vieja foto en blanco y negro, que
estoy seguro, Uds. compartirán, para gritarle al mundo, que esta es parte de la
historia poco contada, de aquel Charallave de antaño.
PD: Muchas fueron las fuentes consultadas, para
tratar de describir, en el tiempo y en el espacio, esta pieza fotográfica, que
sin temor a equivocarme, representa una verdadera “Joya Histórica”, en tal
sentido, quiero extender mi agradecimiento sincero a:
Lisbeth Revete, por suminístrame esta fotografía, la
cual forma parte de su recopilación personal.
Félix Granados, (hijo del legendario “Bólido” de la
Radio Rochela), coleccionista y además, conocedor de automóviles antiguos.
Mildred Pérez Houtman, una de las propietarias de la
casa, donde funcionó La Estación de Gasolina.
Arlet Gámez, “Cronista por Excelencia” de
Charallave.
José Méndez, Miembro activo de la Academia de la Historia
del Estado Miranda.
Franz Dieminger, indiscutible defensor de la historia
de nuestro pueblo.
Cheo Guzmán, poeta, escritor e historiador.
Manuel Monasterio, historiador, Cronista Emérito de
Cua, y miembro activo de la Academia de las Historia del Estado Miranda.
Tulio Pérez, coleccionista, y conocedor de la historia cotidiana de Charallave.
Orlando Hernández, un voluntarioso defensor de las
costumbres y tradiciones de Charallave.
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