“EL
VIEJO COTOPERI”
POR:
JUAN QUINTANA.
…y el
tiempo se encargó de cambiar tu nombre, y quizás con razón, ya que sin duda, él
es sabio, y muy pocas veces se equivoca…, sí, el tiempo cambió tu nombre, tal
vez solo por la facilidad de ubicarte en el espacio, y para que aún, nuestra
gente sepa que estás ahí, erguido como siempre, de pie, como los
valientes, mostrando una total lozanía,
expresada en tu inimitable verdor, tu característico vigor y la hermosura de tu
frondosidad…, estas ahí intacto, como antes, como siempre.
La casa
del viejo Melquiades Pérez, fue testigo fiel de tu presencia, tal vez, un poco
antes de que tu afloraras en busca del sol y de la lluvia, y tu diminuto tallo
comenzara a levantarse como un gigante, nacido de las entrañas de nuestra
tierra, fuiste creciendo poco a poco, tropezando con el viento, con las noches
y los días, y formando parte, de esa vasta legión de gendarmes de nuestra historia cotidiana, y
finalmente te convertiste en el
“Cotoperí de Los Pérez”, si, así, con ese nombre te conocimos.., y tus ramas
fueron trepadas una y mil veces, por los niños y jóvenes, de varias
generaciones pasadas, de niños y jóvenes con la inocencia propia de su momento,
que buscaban en tí, tu dulce fruto, para saciar sus ganas infinitas de
saborearlo, y tal vez, al unísono con alguna competencia de metras o trompos, o
cualquier otro pasatiempo que formaban parte de aquellas cosas más sencillas, solo opacadas
hoy, por un inevitable adelanto tecnológico…, eres, sin duda alguna, fuente
inagotable de inspiración, para imaginar quizás, las tertulias pueblerinas,
bajo tu sombra, hablando tal vez, de las constantes visitas de Cipriano Castro
a Charallave, en su desesperada búsqueda de tomar el agua de su cristalina
quebrada, y poder curarse de una terrible enfermedad estomacal, o de los “comentarios
silenciosos” de la férrea dictadura del General Juan Vicente Gómez, o
seguramente los saludos cordiales de algunos de los comensales y/o huéspedes de
La Posada del Capitán Carlos Carvallo en su paso obligado frente a ti, frente
al siempre imponente “Cotoperí de Los Pérez”.
Hoy, sigues ahí, con otro nombre, tal vez,
con un nombre que viene a formar parte de una nueva nomenclatura, que definirá solo
tu espacio, o quizás marcará solo tu ubicación, hoy, eres el “Cotoperí del
Tamanaco Tuy”, pero tu esencia no ha cambiado, ni cambiará, ya que eres parte, al
menos, de 120 años de nuestra historia cotidiana…, ahí seguirás, y seguramente morirás,
como solo Uds., los árboles, saben hacerlo, de pie.
PD: La Obra Pictórica
que aparece a la izquierda del aviso, que acompaña estas breves líneas, fue
plasmada por “El Pintor de Charallave”, el siempre recordado Luis Camero, y
representa la casa en la cual Melquiades Pérez y Porcalia Carvallo de Pérez,
vivieron junto a sus hijos durante muchísimos años.
Fuente original:
Fernando Pérez Carvallo.
Agradecimiento a
la Oficina de Prensa de la Alcaldía de
Charallave, por la foto tomada de la avda. Bolívar, en la cual se muestra
actualmente, “El Cotoperí” en su máximo esplendor.
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