LA HISTORIA POCO
CONTADA
"ALBERTO RAMOS"
POR: JUAN
QUINTANA
Esta es parte de la Historia
más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de
calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave
de antaño con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas,
leyendas y su historia, una HISTORIA
POCO CONTADA como la del “DR ALBERTO RAMOS”…, sin duda alguna, un
ejemplo del "sentido de superación, sin olvidar sus orígenes”, poniendo de manifiesto su verdadera condición
de humildad.
Nacido en un hogar muy humilde de
Charallave, pero logró, gracias a su lucha, tenacidad y esfuerzo, convertirse
en Abogado de la República, y ejercer importantes cargos, tanto públicos, como
privados, a nivel nacional…, estudió con el sacrificio propio, de quien
no tenía a veces ni para comer, o comprar sus libros o cuadernos,
con zapatos y ropas usadas, que le daban sus amigos de la infancia y
juventud, entre ellos sus inseparables compañeros de la
vida, Mario Rodríguez y Juvenal Pérez.
Su infancia y adolescencia, transcurre en aquel viejo
Charallave de apenas dos calles, del Charallave añorado por muchos, transcurre en "MI CHARALLAVE QUERIDO," tal
como lo describe en su extraordinario libro, su hermano del alma, José
Méndez…, el Charallave de "los peñones", donde
Alberto Ramos, solía ir con sus amigos a darse un
sabroso chapuzón, o preparar un exquisito sancocho de gallina
"pica tierra", el Charallave de sus tardes de toros, en la calle
atrás, con sus mangas de bambú, el Charallave de su vieja Plaza Bolívar, donde
los "patiquines" de la época, sentados en sus barandas de hierro,
veían pasar a las hermosas muchachas del pueblo dando vueltas y vueltas,
y que solo estaban a la espera del algún "piropo
comprometedor", que le lanzaran algunos de los muchachos…, del Charallave
de la escuela "Teresa de Bolívar", donde cursó su primaria, de aquel
Charallave, que entraba ya en la modernización, con enormes postes de hierro, pero con una
luz extremadamente tenue y
amarillenta, debajo de la cual, en plena calle, y en la tranquilidad de
la noche, Alberto solía estudiar, ya que en su casa el servicio eléctrico era
inexistente.
Alberto estudió con sacrificio,
sin duda alguna, y ése, quizás, fue el detalle más importante, que
le ayudó a lograr innumerables metas en su vida…,
cupido no se hizo esperar, y un día cualquiera, en un momento
cualquiera, conoce a la Nena Bolívar, una "gochita" que vino
del estado Trujillo, a establecerse en la calle El Placer
de nuestro pueblo, y quedaría marcada para siempre, con el sello
imborrable de un charallavense ejemplar, como lo fue Alberto
Ramos…, la Nena Bolívar, hija de Juan Bolívar, un maestro de escuela, que se desempeñó
como director de la Teresa de Bolívar,
y según para muchos, fue uno de los mejores directores de esta institución.
Alberto y la Nena Bolívar, contraen matrimonio, y de esa unión nacen.
Dilcia, Geraldin, Yoamel, Nathalie, y Juan Carlos, sin duda alguna,
representaron la razón inequívoca de su vida, aunque más
tarde, tristemente. la propia vida le hace una mala jugada…, quienes
conocimos a Alberto Ramos, podemos dar fe de su "Don de gente", de su
desprendimiento por lo material, de su apego a las buenas costumbres, y a la consolidación
de la familia charallavense…, su seriedad, era otra de las características de
este hombre de pueblo, aunque sus hijas dan testimonio de lo "cariñoso
y juguetón" que fue con ellas, Alberto Ramos, fue nuestro profesor de
"Formación Social, Moral y Cívica", en el viejo liceo José Gregorio Hernández,
a principio de los años 70…, la vida le fue colocando innumerables obstáculos,
que de manera inteligente, y apegado siempre a Dios, fue
sorteando poco a poco, obstáculos en sus estudios, en su vida
cotidiana, en su trabajo, en su profesión, en su vida política, pero
quizás, uno de esos obstáculos, el más complicado sin duda alguna,
el que seguramente empañó sus sueños y esperanzas, fue la
muerte de su hijo Juan Carlos, la cual no pudo superar jamás.
Alberto Ramos, sigue siendo uno
de esos personajes de nuestro pueblo, dignos de imitar, ya que su meta
fue siempre el bienestar de Charallave, sus clases de Formación Social Moral
y Cívica, allá por los años 70, aun las recuerdo con claridad,
y difícilmente podre olvidar, su responsabilidad, su
rectitud, su caballerosidad, el respeto hacia los demás, y su indiscutible
humildad, que evidentemente, lo hacen
digno de recordar por siempre…, con apenas 50 años de edad, Alberto deja
este mundo, pero, seguro estoy, nos deja un importante legado.
Mi admiración y respeto por Alberto Ramos.
LA PINTURA QUE AQUI SE MUESTRA DEL DR ALBERTO
RAMOS, LE PERTENECE AL PINTOR DE CHARALLAVE LUIS CAMERO, OTRO DE LOS GRANDES PERSONAJES
DE NUESTRO PUEBLO.
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