LA HISTORIA POCO
CONTADA
“LAS TRES MARIAS“
TERESA
DE ALVARENGA , MARIA OLIVO DE LUQUE
Y REYNA GONZALEZ DE CARBALLO
POR
. JUAN QUINTANA
Esta es
parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel
hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable,
de aquel Charallave con sus costumbres,
tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas, y su
historia…, y en el “Adobe Pueblo de
Antaño“ mantenemos aún vivo, el recuerdo de esa historia, de la Historia Poco Contada como la de “Las tres Marías“, genuinas
representantes del gentilicio Charallavense.
Teresa de Alvarenga, María Olivo de Luque y
Reyna González de Carballo, tres humildes mujeres de pueblo como quizás, muchas
otras mujeres en cualquier otro pueblo de Venezuela, tal vez, cubiertas con el
manto de la Providencia Divina, y con seguridad, destinadas a socorrer y
atender a sus coterráneos más necesitados en aquellas añoradas décadas de los
años 50 y 60, de un Charallave que quedó para el recuerdo…, “Las Tres Marías”, Teresa, Reyna y María, sin
ambiciones personales, sin ver a que clase social, condición religiosa, raza o
simplemente sin ver a qué partido político pertenecían, ellas estaban allí, con
su gente, siempre estaban allí, muy cerca de ellos, de los más necesitados,
tendiéndoles sus manos, solo ellas sí sabían que estaban allí por amor, por
amor a la gente, por amor al prójimo, por amor a Dios, sin mostrar nunca ningún
interés de tipo personal, ni esperar cargos o prebenda alguna, y además, sin
ningún tipo de protagonismo personalista.
Seguramente, mientras muchos de nosotros
dormíamos, o estábamos de ida o de regreso a la escuela, o tal vez de tertulia en la Plaza Bolívar, o en la
gallera de Pitahaya, viendo al mejor gallero de Charallave, “Tomas Fumero”,
presentar sus imbatibles gallos puertorriqueños,
o quizás, en uno de esos famosos bailes
en el viejo Club El Campito, a la espera de que el “Gitano Maracucho”, Memo Morales,
arrancara el set con el pasodoble “Ni se compra, ni se vende”, ellas estaban en
su tarea, que más que una tarea, era su devoción, estaban con su prójimo, ayudándolo,
asistiéndolo…, sin duda alguna, para mí, eran grandes, sin ningún rasgo de
malicia en su ser, sin ningún tipo de egoísmo ni mezquindad, para mí, eran “Las
Tres Marías”, las verdaderas luchadoras sociales, aquellas que sin dejar de
atender sus hogares, a sus esposos y a sus
hijos, le tendían sus manos a los más necesitados, aquellas, que siempre
estaban a la espera que llegara el Lactovisoy a la vieja Medicatura, construida
en tiempos de Rómulo Gallegos, para luego llevarlo casa por casa, a las diferentes
barriadas del pueblo, bajo el inclemente sol, o bajo una lluvia copiosa…,
aquellas mujeres de pueblo, que fungían
como abnegadas enfermeras, atendiendo enfermos, consiguiéndoles medicina, o colocándoles
inyecciones con las formulas medicas de la “Farmacia Bolivar”, de Ramón
Figuera, en las famosas “cuatro esquinas”, formulas heredadas de su padre el
insigne Dr. José Ramón Figuera…,
“Las Tres Marías”
eran aquellas humildes mujeres, que sin importar el horario o la distancia, sin importar su credo y mucho
menos sin importar su condición política, coordinaban con la otrora Junta
Comunal de Charallave, presidida por el Catire Celestino Rodríguez, Servilio González,
o Pedrito Cisneros, o con la Casa Parroquial o Iglesia de Charallave, a cargo del Padre Tomás Ecuer, o con los
Padres Agustinos José Martínez, Ceferino Solís, Salvador Casado o Atanasio Alegre,
para llevar las bolsas de comida a los más necesitados, conseguir una beca para
algún estudiante de bajos recursos, solicitar una ayuda para enterrar a un
difunto, o quizás, para ayudar a Francisco José Higuera (el popular “Poco a Poco”),
a recoger fondos para la celebración de las fiestas en honor a la Virgen del Carmen.
“Las Tres Marías”, organizaban y rezaban el acostumbrado, pero quizás ya olvidado,
Rosario en Familia, “Las Tres Marías” estaban presentes en aquellos momentos difíciles
y de mucho dolor, pues, eran las encargadas de vestir a los difuntos, y
acompañar a sus familiares con sus rezos, durante los novenarios…, daban de
comer a niños abandonados y a indigentes
que deambulaban por las solitarias calles del aquel Charallave de antaño, “Las Tres
Marías” eran unas verdaderas lideresas, juezas de paz, promotoras y
organizadoras de eventos sociales, eran una especie de guías espirituales de
muchas familias del pueblo…,eran simplemente “Las Tres Marías”, aquellas tres
mujeres que de manera incansable, continuaban en su lucha por asistir al más
necesitado.
Al momento de su partida, cada una de ellas,
dentro de su modesta pobreza, gozaba de una enorme, envidiable e
incuantificable riqueza espiritual y moral, solo comparable con los seres
tocados por la Providencia Divina, y seguro estoy, que desde donde estén, seguirán
siendo ejemplo para quienes tuvimos el honor de conocerlas y compartir con
ellas.
Mi
admiración y mis respetos sinceros, para Teresa de Alvarenga, María Olivo de Luque
y para mi tía Reyna González de Carballo,
ya que ellas, pasaron a
formar
parte de nuestra historia, de esa historia sencilla, de esa historia que
quizás ha quedado relegada al olvido, de
esa “Historia Poco Contada” como la de
“Las Tres Marías”, genuinas representantes del gentilicio Charallavense.
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