LOS CACHITOS
DEL ARBOL DE JABILLO
NOSTALGIAS …EN TIEMPO DE CUARENTENA
POR : JUAN QUINTANA
Ese día
, en víspera de las fiestas en honor a
Santa Rosa de Lima , en medio del bullicio y alboroto de aquella tarde calurosa
en la vieja manga de bambú y guatacaro , sus miradas se habían cruzado una y
otra vez , el ensordecedor grito de “Cacho a la Manga” , la descripción perfecta
de Gonzalo Rivas de lo que en esa tarde de toros sucedía , el vendedor de pinchos y guarapita ,
los rojos capotes de los toreros Asdrúbal
, el Gallito Infante y Culo e´ Plátano presentes
en una gala perfecta y la música pueblerina que no dejaba de sonar quizás
pasarían a un segundo plano ya que su atención estaba precisamente en ese cruce
de miradas , en una vaga y tal vez ilusión pasajera , ahí estaban sus miradas ….. Las
escasas tres horas de esa tarde de toros coleados se habían convertido quizás
en varios días o semanas , la imaginación volaba en todos los sentidos , tal
vez él pensaría por un momento convertirse en el mejor jinete y triunfador
absoluto de esa tarde pueblerina y ella en una de esas damas que con pasión y
entusiasmo había confeccionado un enorme lazo con cinta
de seda y que acompañado de un beso y un abrazo colocaría en el pecho al ganador de la
competencia …… Sus miradas seguían cruzándose
como muestra certera de que definitivamente cupido estaba allí ,
alertando y enviando señales inequívocas , pero su pensamiento seguía volando , un
presente quizás en su próximo encuentro sería de grato recibimiento por aquella muchacha que lo había deslumbrado y
lo había cautivado a primera vista ……… el camino de tierra , el cantar de las reinitas y azulejos , el
olor a mango de hilacha y el imponente jabillo a orillas de la otrora y cristalina
quebrada cercana al Campito despertaron su
ingenio y seguramente tomaría del piso uno de esos inagotables
desechos que caían sin cesar del centenario jabillo y le daría forma con
sus manos de artesano y eliminaría sus poros con una fina lija y le daría un toque de mercurio cromo para decorarlo y le
colocaría Brasso como pulimento para
darle brillo y finalmente grabaría la inicial de su nombre aunque aún no sabía
cuál era .. …… La tarde, aunque lenta, comenzaba a caer indicando el fin de una
tradicional faena propia de nuestro pueblo o de cualquier otro pueblo del país...
Por un momento las miradas dejaron de cruzarse, el aglomeramiento de la gente
en su retorno no permitió un encuentro más
cercano, el cruce de miradas se había disipado, pero abrigaba la esperanza de que tal vez la
noche pudiera convertirse en un escenario perfecto para volver a verse …….Ya sentado en la baranda de uno de los
laterales de la Vieja Plaza del pueblo cual patiquín enamorado , viendo dar
vueltas y vueltas con sus elegantes trajes a las hermosas muchachas del pueblo pero al mismo tiempo con su
mirada escudriñando espacios cual tras la
búsqueda de alguna estrella en el firmamento ….., la Banda del pueblo ya
comenzaba su primer set con el pasodoble La Violetera ,mientras su mirada
seguía buscando incansablemente entre la gente casi
que esquivando el saludo constante de sus amigos , la noche avanzaba de manera
inexorable , su mirada continuaba incesantemente penetrando en cada rincón …
los eternos guardianes de la Plaza Bolívar Felicia La Manisera , Luis el
Cotufero y Salvador “Cámara” Pacheco apostados en sus esquinas cual héroes inolvidables
de la Historia …….pero a pesar de su insistencia la tenue y amarillenta luz de
la Plaza Bolívar ya no le permitía conectarse con cupido , al parecer había sido solo un encuentro fugaz ,la noche,
tan calurosa como el día, comenzaba a desvanecer su sueño y finalmente su mirada se vio agotada y poco a poco fue disipándose
en la noche ….atrás quedo solo un
recuerdo , sin nombre , sin ni siquiera
escuchar su voz , atrás quedo la Vieja Plaza , los músicos del pueblo , los
lazos para el ganador de la tarde , la voz de Gonzalo anunciando el próximo
turno , atrás quedo el “Cachito” sin esculpir su inicial , atrás quedo la Historia cotidiana
de alguien en algún pueblo , de alguien en cualquier pueblo de nuestro país , atrás
quedo la Historia, esa misma Historia
que solo morirá de pie como los árboles , como aquel frondoso e imponente
jabillo en las cercanías del Campito a orillas de la ya desaparecida quebrada
cristalina de Charallave , de ese mismo pueblo como tantos otros pueblos de
Venezuela con sus verdaderas raíces ….
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