Jorge Nalhous
“Un legado para la historia”
Por: Juan Quintana.
Casi en el cincuenta y tres,
y disculpen lo impreciso,
llegó al pueblo que más quiso,
un humilde libanés.
Un hombre con gran carisma,
de excelente condición,
con su enorme maletón,
repleto de muchos sueños,
contagiando a lugareños,
“el libanés bonachón”.
¿Marchanta, que necesita?,
llévelo y páguelo fiao,
y si prefiere al contado
una rebaja se aplica,
por eso no se preocupe,
éste “Musiú” hoy remata,
bonita , buena y barata,
dígame pues qué le vendo,
pase Ud. y vaya viendo,
no importa que no haya plata.
El nombre del tal “Musiú”,
que a nuestra tierra llegó,
lo conocimos por Jorge,
y de apellido Nahlous.
Cambió nostalgias por sueños,
cambió el sabroso Kibbeh
y el shawarma libanés,
cambió su vida completa,
una casa por maleta,
y también cambió el Dabke.
Con esfuerzo y con trabajo,
y el tiempo como testigo,
tuvo esposa y tuvo hijos,
sorteando los altibajos.
Tuvo amigos a montón,
recorrió trechos a pie,
y aunque llego a san José
con su oficio original,
Fue el Charallave jovial
que despertó su interés.
Quien no recuerda ahora,
aquel
negocio sencillo,
con vidrieras y estantillos,
y
mercancía de otrora.
Era el local preferido
para el hogar equipar,
sin fiador presentar,
pues, la palabra bastaba,
y el “Musiú” la atiborraba
hasta con mesa e’ planchar.
Y que nombre más perfecto
para el que quiere triunfar,
en un pueblo sinigual
que le gusta lo correcto.
Pues no dudó ni un segundo,
en el nombre colocar,
después de seleccionar
en una corta listita,
Le colocó “Criollita”
y bastó para triunfar.
Sin duda alguna, el tiempo es
inexorable, y en su justo momento actúa de acuerdo a los designios del Altísimo,
forjando en nuestra naturaleza propia, una manera determinante de envejecer y
morir, sin poder huir de ellas, pero quizás, lo más importante, es haber dejado
un legado durante nuestro recorrido por estos caminos…, precisamente este fue
el caso de Jorge, que al igual que
infinidad de inmigrantes, llegaron a nuestro pueblo para dejar una importante huella, un legado invalorable, y sin duda alguna,
pasará a formar parte de nuestra historia cotidiana, de esa historia poco
contada de aquel Charallave de antaño.
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