LA HISTORIA POCO
CONTADA
“AL NIÑO JESUS NO LE ALCANZARON
LOS
CHURUPOS”
POR
. JUAN QUINTANA
Esta es parte de la Historia más
sencilla de nuestro pueblo , la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles
empolvadas , de aquel pueblo apacible con gente amable …, de aquel
Charallave con sus costumbres ,
tradiciones , personajes populares , anécdotas , leyendas y su
historia…, y en el “ Adobe Pueblo
de Antaño “ , mantenemos aún vivo el recuerdo de esa hermosa historia , de
la historia poco contada como la
de: “
AL NIÑO JESÚS NO LE ALCANZARON LOS CHURUPOS “.
Ya
en los primeros días de Diciembre “Pacheco” se hacía sentir , el frio penetraba
desde primeras horas de la tarde y se mantenía hasta las 9 o 10 de la mañana
del día siguiente , se percibía un
ambiente totalmente distinto al resto de los meses , lo sentíamos , lo
palpábamos claramente y sé que muchos aun lo recordamos así , claro , era
Diciembre, el mes de la alegría , el mes de los regalos , el mes de los
villancicos y aguinaldos , el mes de los estrenos , el mes de las misas de
aguinaldos que comenzaban justo el 16 de diciembre y terminaban el 24 con la
misa del Niño Dios , y además con el inconfundible sabor de las deliciosas
arepitas dulces de la familia Pacheco, en el pueblo arriba ,o de la familia Cestari, en el pueblo abajo …, era
el mes de las patinatas por la calle la Estación , desde la empinada Plaza Vieja hasta la otrora
panadería de Jesús María Guzmán …, y justo en esos primeros días de Diciembre, los preparativos para la fiesta de Noche Buena ( quizás las más importante ), comenzaban a
adelantarse , una larga e interminable lista de lo que se tenía que hacer
durante todo ese mes , por ejemplo ,
comprar la Avestina y el Sapolin
para el retoque de la casa , tener a la mano un par de “tapones
eléctricos” por si acaso a la taponera se le volara alguno, coger las goteras
con petróleo derretido , encargar con tiempo las hojas para las hallacas , el tocino , la carne de res , el cochino ,
el pollo y todo el menjurje del
delicioso e insuperable guiso , además macerar el ponsigué para acompañar la
cena , cortar las plantas de cují o de limón y ponerlas a secar para
elaborar el arbolito con su respectivo jabón en escama ( preferiblemente de la
marca “LUX” ) , comprar las bambalinas
de vidrio, o hacerlas con vasos cónicos
de cartón marca Dixie, pintadas con
guache y rociadas con escarcha de varios
colores , comprar el viki viki y la tela de
yute para armar el nacimiento, desempolvar las ovejitas de plástico y
las casitas del nacimiento , así como las figuras de San José , La Virgen , la
mula , el buey , Los Tres Reyes Magos, los camellos y el Niño Jesús , mandar a comprar las
lechosas , el cabello de ángel, el higo y las ciruelas pasas para los
infaltables dulces y tener listo en la
alacena de la casa el papelón , los clavitos de especie, la canela en polvo y canela en rama , sin olvidar los ingredientes para la preparación del ponche crema y la
tizana …, por supuesto, comprar los estrenos para esa Noche Buena y también
para Año Nuevo , ah , y los
juguetes que sin duda “nos traería “
esa noche del 24 de Diciembre el niño Jesús …, bueno , ahí se ponía un
poquito complicada la cosa o como decíamos en criollo “ se montaba la gata
sobre la batea “, ya que eran 5
muchachos pequeños y dos zagaletones, ya tarajallos, que por supuesto
aunque sabían cómo era el maní, se hacían los locos para que el Niño Dios le
trajera también sus regalos , es decir , que en el nacimiento que se colocaba
tradicionalmente en una esquina de la
sala, con vista hacia la calle , casi antes de que se terminara de armar , ya
estaban las 7 cartas , cada una con una lista de hasta 5 o 6 regalos con su
tradicional encabezado : “ Querido niño Jesús
, tu sabes que este año me he portado bien , bueno, me he portado un poco mejor
que el año pasado , es por eso que te pido que me traigas…..” , y ahí comenzaba la retahíla de peticiones : una bicicleta española , un par de patines Winchester
, una pistola de balines , un arco o ballesta original al estilo del legendario
Guillermo Tell , o un Bebé Querido
original ,con su coche de doble piso , un juego completo de Cocina Americana
que incluía hasta horno y despensas , es decir , esas cartas estaban
cargadas de una lista grande de regalos, y así , en la dulce y anhelada espera, llegaba
por fin la fecha más importante del año
, la Nochebuena del 24 de Diciembre y seguidamente
del día de Navidad el 25 de Diciembre.
Ya , desde las cinco de la mañana del 24 de Diciembre
, el largo mesón de madera , vestido con un hule estampado de frutas y flores en el patio trasero de la casa , era testigo
fiel de la preparación del plato más delicioso y tradicional del venezolano “ las hallacas “ y sus inseparables “ bollos “ …, las hojas limpias y embadurnadas con manteca
de cochino , el suculento guiso ya listo
y preparado , que serviría además de desayuno, con las arepas en el fogón de
leña …, los adornos para las hallacas separados en platos de peltre , el pabilo
a la espera de la última envoltura de la hoja y la lata de manteca “los tres
cochinitos” repleta de agua hirviendo para la zambullida de las hallacas y los
bollos …, y a manera de alcahuetería, la
primera hallaca estaría reservada, bien fuera para el novio o pretendiente de
la hija mayor o para congraciarse con el dueño de la bodega o pulpería a quien
se le debía un “fiao” de por lo menos tres meses atrás, y por supuesto las demás hallacas y bollos
estaban destinadas al consumo familiar y al acostumbrado y muy tradicional intercambio de hallacas entre las familias más
cercanas de la casa, provocando una especie de “ rivalidad silenciosa “ para
ver quien preparaba las mejores hallacas .
A las nueve de la mañana de ese 24 de diciembre, se
comenzaba a limpiar la casa y a pulir el piso con esperma ( cera derretida ), mezclada
con kerosene , por supuesto al ritmo musical que nos brindaba " Radio
Aeropuerto" , " Radio Rumbos " o " Radio Continente "…
, a las cinco de la tarde el piso ya estaba
limpio y reluciente , las paredes de la
casa mostraban su belleza con la combinación perfecta de una pared rosada y otra color turquesa, con el rodapié de casi
20 centímetros pintado con sapolín color caoba , por supuesto con el cuidado
suficiente de no recostarse de las paredes ya que la avestina si no era echada con sal y sábila lo más
seguro era que te manchara la ropa o la piel …, en un rincón de la sala ,con
vista hacia la calle , el majestuoso e imponente Nacimiento , los muebles de paleta en el otro
extremo de la sala y en otro de los rincones , al lado del arbolito cubierto con la nieve preparada con el jabón en escamas
, estaba el “ Picot “ marca Westinghouse que retumbaba con el sonido
inconfundible y contagioso de Damirón y su Piano Merengue, alternando con la
orquesta San Souci y el tema “ Tomando Ron con Coca Cola” o la canción del momento “ Se Va El Caimán “ o quizás
“Juancito Trucupey” cantada por la jovencita cubana Celia Cruz …, los invitados
comenzaban a llegar a partir de las siete de la noche , la mezcla del bullicio
de la gente , la música a todo volumen y el estruendo causado por “los
saltapericos” y “traqui- traquis” se convertía en escenario perfecto para
ingerir algunos tragos de ponsigue , guarapita o ponche crema , a eso de las nueve de la noche, la mesa esperaba por los comensales, quienes degustarían de una
cena navideña típica de aquel viejo Charallave , por su puesto con la
“obligada” introducción de la matrona de la casa repitiendo lo que por años y años acostumbraba a decir :
“ les pido que me disculpen pero creo que las hallacas no me
quedaron como en años anteriores, pero espero les guste “…, a eso
de las diez y media de la noche el jefe de la casa ( el papá o la mamá ) hacia el anuncio inesperado para nosotros los más pequeños : “ vamos , llego la hora de
dormir porque si no, el Niño Jesús
pasará de largo para otra casa , vamos , vamos a dormir “ , pues, no quedaba otra alternativa que
irse a la cama para lidiar con el sueño y esperar el amanecer que seguro estábamos
el Niño Jesús nos traería “todo lo que le habíamos pedido” .
Al despertar aquel 25 de Diciembre, todos corríamos
al pie del nacimiento con la ilusión de ver la bicicleta española, los patines Winchester,
el ballestero de Guillermo Tell , el Bebé Querido y todo lo que le habíamos
pedido desde hacía más de un mes …, los
siete regalos , incluyendo los de los dos tarajallos, envueltos en hermosos y
llamativos papeles de regalo, estaban en
efecto al pie del nacimiento , cada uno con su nombre , pero antes de destaparlos
papá o mamá nos hacían la advertencia ( casi como preparándonos para no desilusionarnos)
, diciéndonos , quizás, una de las mentiras
más piadosas que hemos podido escuchar :
“el Niño Jesús nos dijo anoche que no le
alcanzó el dinero para comprar todo lo que los niños del mundo le habían pedido
y que además habían muchos niños que estaban muy solos , que no tenían mamá ni
papá y aunque no pudieron hacerles las cartas él también les había traído sus
regalos , así que a destapar los regalos y darle gracias al Niño Jesús por esos
regalos que hoy les ha traído y el año
que viene ,si se portan bien, él les traerá lo que le pidan “ …, y así , dentro
de nuestra ingenuidad, comenzábamos
desesperadamente a destapar nuestros regalos, viendo, no con mucha alegría, las
revolveras con sus pistolas de plástico al mejor estilo de Cold 45 , el Llanero
Solitario u Hopalong Cassidy , o los suplementos de Rin Tin Tin o de Lassie o
los jueguitos de Te ( con todas sus vajillas de porcelana ) , un equipo médico
en miniatura con el Dr. y la enfermera de plástico , o un cuatro ( pequeñito ) de madera, para aprender a tocar y cantar la canción de
Luis Cruz “Dumbi-Dumbi” o “ Compadre Pancho” del compositor Lorenzo Herrera , o quizás
los paquetes con soldaditos de plástico,
típicos de la resaca de la segunda guerra mundial, o cualquier otro regalito
que , aunque de poco valor económico, sin duda alguna , saciaba nuestras ilusiones
y lo disfrutábamos hasta el cansancio …, pero con seguridad, al salir a la
calle con nuestros juguetes esa mañana del 25 de Diciembre , como era costumbre
en nuestro pueblo , veíamos con mucho recelo que al vecinito , el Niño Jesús le
había traído muchos regalos de mayor calidad y de mayor valor económico, pero nuevamente la inteligencia y sabiduría de
nuestros padres se imponían de manera inequívoca , con una respuesta oportuna pero muy parecida a la que
nos habían dado en el mismo momento de recibir nuestros regalos : ” AL NIÑO JESÚS , SIMPLEMENTE , NO LE ALCANZARON LOS CHURUPOS “
PD:
SI TE GUSTO ESTA “HISTORIA POCO CONTADA “,
POR FAVOR , TE PIDO COMO REGALO DE NAVIDAD , QUE LA COMPARTAS EN TU MURO Y CON
TUS CONTACTOS , PARA QUE MAS NIÑOS Y JOVENES CONOZCAN CÓMO ERA LA NAVIDAD EN NUESTROS TIEMPOS Y POR SUPUESTO
PARA QUE LOS ADULTOS MAYORES LA RECUERDEN CON UN POCO DE NOSTALGIA PERO CON
MUCHA ALEGRIA .
Feliz
Navidad para todos, les deseamos los que
laboramos en “ El Adobe Pueblo De Antaño” …donde el tiempo se detuvo.
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