lunes, 13 de enero de 2020

FELICIA " LA NEGRA CORREA " ...LA PARTERA DE CHARALLAVE





LA HISTORIA POCO CONTADA 

 FELICIA “LA NEGRA” CORREA “ 
LA PARTERA DEL PUEBLO


POR . JUAN QUINTANA 


Que manos tan  bendecidas,

que manos tan milagrosas,

que manos las de la Negra

“La Partera”  bondadosa.




LA HISTORIA POCO CONTADA 

 

 FELICIA “LA NEGRA” CORREA 

LA PARTERA DEL PUEBLO

 

POR . JUAN QUINTANA 

 

 

  Esta es parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave  con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas  y su  historia…, y en el “Adobe pueblo de antaño“,  mantenemos aún vivo el recuerdo de esa hermosa historia, “de la  historia   poco contada” como la de  “La Negra Correa” la partera de Charallave.

 

 El 11 de Marzo de 1905, por cuestiones meramente circunstanciales, Ocumare del Tuy ve nacer a una niña, hija de Félix Correa y Rosarito Castro, quienes habían contraído matrimonio en 1893, en el otrora y apacible Charallave, su nombre, “Felicia Antonia Correa Castro”, pero más tarde se conocería con el apodo muy popular de, “La Negra Correa”, y por cuyas prodigiosas manos, pasarían centenares de niños y niñas, quienes verían por primera vez la luz del mundo, tras una nalgada bien intencionada propinada por este maravilloso ser, cuya verdadera misión encomendada por Dios, seria precisamente esa, la de partera.

 

  Cuando ya la mujer, de aquel viejo Charallave, se sentía el malestar, o los dolores previos al parto, lo primero que hacía  era ordenarle, bien fuera a uno de los hijos mayores o al propio marido, para que buscara a la Negra Correa, y ella, con toda la calma del mundo, (cosa que la caracterizaba), le respondía así: dígale que en un rato  voy para allá, pero que ponga a hervir agua en una olla bien grande, que compre en la Botica Vargas un litro de alcohol, un frasquito de iodo y un paquete de gasas, o tela de pañal, que lo demás lo pongo yo…, en efecto, en la casa se preparaba todo lo que la Negra Correa había ordenado, hervían el agua, metían el aguamanil en el cuarto, preparaban la muda de ropa, únicamente a la espera de la partera.

 

  Ya estando la Negra Correa en la habitación, se hacía acompañar de algún familiar de la parturienta, preferiblemente de una mujer, mientras el resto de los familiares, incluyendo a los futuros padrinos, aguardarían impacientes, en la sala o en la cocina, esperando “oír” el primer llanto o llorisqueo del niño o la niña, porque realmente no se sabía con exactitud, si nacería hembra o varón, aunque ya a los tres meses de embarazo, los viejos de antes se adelantaban a los acontecimientos y sabían, según ellos, si iba a nacer hembra o varón, bien fuera por la forma de la barriga, es decir, si era redonda o puntiaguda, o si a la mujer se le inflamaba o no los pies y la cara, o si el muchacho daba o no patadas dentro de la barriga, pero lo cierto del caso, es que cuando pasaba alguna mujer embarazada, y algunas de la viejas les decía: “esa será una muchacha“, a Ud. no le quedaba otro remedio que comprar escarpines y vestidos rosados, pero algunos dudaban de esto  y compraban, por si las moscas,  todo amarillo o blanco que eran colores neutrales.

 

   Ya, al nacer la criatura, la Negra Correa, con toda su santa calma, procedía a cortar el cordón umbilical, lo amarraba y lo desinfectaba, y concluía así con el aseo de la parturienta, y por supuesto, con las recomendaciones generales, como por ejemplo: no serenarse durante ocho días, no mojarse con agua de lluvia, no hacer ningún tipo de fuerza como cargar agua o pilar maíz, comer suficiente granos y sopas para recuperar las energías, darle teta a su muchacho por lo menos durante un año,  y otra última recomendación, que no era solo para la parturienta sino también para el marido, era que “de aquello… nanai nanai“, es decir, que tenían que esperar al menos la cuarentena.

 

  Este oficio de partera, lo heredó la Negra Correa de su madre Rosarito Castro, nacida en Charallave, y junto a ellas y a tantas otras  mujeres que también fueron parteras, como la Sra. Landaeta, Luisa Higuera, Emma Gutiérrez, la Sra. Hemina, representaban, sin duda alguna, el pilar fundamental en la consolidación del verdadero gentilicio Charallavense.

 

  La Negra Correa, ejercía su oficio como un apostolado, con gran dedicación, con mucho sentido de la responsabilidad, pero siempre con mucha confianza, a pesar de que varias fueron las situaciones de aprieto o apuro que tuvo que sortear, situaciones de parto con muchachos atravesados, muchachos que venían de pie, partos morochos y trillizos, o muchachos que nacían con un peso y volumen por encima de lo normal, como fue el caso de Teresa de Alvarenga, cuando fue a parir a su menor hijo Marcos “Maraco” Alvarenga, que era tan gordo y tan largo, que la negra se vio sumamente comprometida, pero al final se impuso la sabiduría y la experiencia de este ser tan especial a quien los Charallavenses debemos rendirle un homenaje sincero, para que su nombre no sea olvidado…, infinidad de niños de nuestro pueblo, llegaron a este mundo, ayudados por las manos prodigiosas de Felicia Correa, “La Negra Correa”, su casa donde vivió durante muchos años, hoy día pudiera convertirse, con la anuencia de sus familiares, en un verdadero museo, con fotos y leyendas de los centenares y centenares de Charallavenses que pasaron por sus manos, estoy convencido que la gente de nuestro pueblo, no dudaría en ofrecer su foto y las de los familiares atendidos por la Negra Correa, para ser colocada en el “Museo La Negra Correa”, quizás seria este el lugar más frecuentado por quienes de una u otra manera agradecerán eternamente, haber nacidos de la mano de una humilde mujer de pueblo, de una mujer como muchas otras mujeres en cada pueblo de Venezuela, que quizás fueron escogidas por el Creador para cumplir una de las misiones más loables del mundo, “ayudar a nacer“…, La Negra Correa, sin duda alguna, forma parte de esa historia poco contada de nuestro pueblo, de ese pueblo por el cual debemos luchar día a día para que su historia no se diluya en el tiempo,  en nombre del gentilicio Charallavense, gracias, mil gracias por haber existido, y  que Dios la tenga en su Santa Gloria.

 

FUENTES ORIGINALES:

MARIA CORREA.(NIETA DE LA NEGRA CORREA)

EMPERATRIZ GARCIA (REGISTRADORA CIVIL).

EDISSON MUJICA (HISTORIADOR).

 

 

 

 










FELICIA  ANTONIA  CORREA
“LA NEGRA CORREA “
POR : JUAN QUINTANA


Que manos tan  bendecidas,
que manos tan milagrosas,
que manos las de la Negra
“La Partera”  bondadosa.

Ese oficio de Partera,
o apostolado infinito ,
lo aprendió desde mocita
 con su madre Rosarito.

Es una misión divina,
que le ha dado el Creador,
de traer niños al mundo
con dulzura y con amor .

Ya todo está preparado
 para empezar la rutina ,
algodón , yodo , alcohol
y agua hervida en la cocina .

Al solo ver la barriga,
de la moza embarazada,
ya La Negra sin pelarse,
niña o niño le avisaba .

Una sobada primero ,
para tantear como estaba ,
atravesada o derecha,
solita o acompañada .

Al salir la criatura,
el llanto ya se esperaba,
luego de que La Negrita
le soltara una nalgada.

Al terminar la faena,
ni un centavo les cobraba,
para ella solo era
la tarea encomendada.

Tantos niños de mi pueblo,
que por sus manos pasaron ,
 le contarán a sus hijos
la historia que les contaron .

Esa es La Negra Correa,
que mi pueblo ya venera,
siempre la recordarán
como su eterna Partera .

Felicia Antonia Correa,
Partera del vecindario,
seguro que mi Diosito
ya preparó tu Santuario .














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