lunes, 13 de enero de 2020

" BARBERIA LA CUEVA DEL SAPO" DE AGAPITO LAGO








LA HISTORIA POCO CONTADA 

 

“BARBERIA LA CUEVA DEL SAPO“

“DE AGAPITO LAGO”

 

POR : JUAN QUINTANA 

 

 

  Esta es parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave  con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas,  y su  historia, y en el “Adobe pueblo de antaño“,  mantenemos aún vivo el recuerdo de esa hermosa historia, “de la  historia poco contada”  como la de “La barbería la cueva del sapo”,  del siempre recordado “Agapito Lago”,  uno de esos centenares    inmigrantes que llegaron a Charallave,  de distintos lugares del mundo,  para formar una familia, forjar un destino diferente, y   dejar  así  una huella en nuestro pueblo.

 

  Agapito Lago nace en España, en 1910, las primeras cuatro décadas de su vida, transcurren en su tierra natal,  en un clima lleno de angustias y temores, motivado por la inestabilidad política y los consecuentes conflictos a nivel mundial.

  En 1951, en compañía de su familia, decide, al igual que otros tantos inmigrantes europeos, enrumbarse hacia Venezuela, en busca de nuevos horizontes, nuevos caminos…, inicialmente su punto de llegada fue la populosa parroquia de Antímano, donde se dedica a trabajar la construcción, pero al poco tiempo decide establecerse en Charallave, y ejercer “la barbería”, oficio este que había aprendido en su tierra natal.

  El nombre comercial que le dio a su negocio fue “Barbería la cueva del sapo”, nombre tomado del lugar donde estaba ubicada, en la vieja calle real, de aquellos años 50, al lado de lo que es hoy el liceo José Gregorio Hernández, conocido popularmente como el sector cueva del sapo,  pero a pesar de llevar ese nombre, los charallavenses la llamaban “La barbería de Agapito Lago“.

 

  Pero  cuantas historias, cuantas leyendas, cuantos comentarios pueblerinos, y cuantos personajes, transitaron una y mil veces por la barbería de este popular hombre, que al igual que la mayoría de los barberos del país,  usaba  la tradicional navaja importada, la cual sacaba su filo con una vieja tira de cuero.

 

  Ya para mediados de los años 50, cuando se instala formalmente en charallave, Agapito Lago estaba  a la altura de los mejores barberos del país, haciendo el tradicional “corte cepillo”,  para los muchachos,  que no era más que el coco rapado y dejando cerca a la frente, un puño de cabello, que simulaba justamente un cepillo, y ese corte costaba solo “una locha”, ojo, pero no aceptaba muchachos con piojos, para los adultos no podía faltar el corte tradicional, “bien rebajado”, y el modernísimo “corte francés”,  ambos costaban un medio (25 cts. de bolívar), y si el cliente solicitaba el corte de barba, bigote y patilla, Agapito cobraba nada más y nada menos, que “tres lochas”  por el servicio completo, par supuesto, eso incluía la mojada del cabello con la perilla  italiana, el corte como tal,  y el peinado con brillantina Palmolive, Glostora, o Brylcreen, y al finalizar, no podía faltar una buena entalcada por el cuello, con el famoso  talco Europeo Calber, y por supuesto, para los que tenían problemas con la caída del cabello, la recomendación de Agapito Lago era solo una: “hermano use Tricófero de Barry“.

 

  La barbería de Agapito Lago, al igual que muchos otros establecimientos  de aquel viejo  pueblo, era lugar “obligado” para las famosas tertulias sociales y deportivas, para los comentarios pueblerinos, para los chismes, y hasta para las calumnias,  que hacían esos patiquines de la época, cuando comentaban, por ejemplo, fulana se fue en la  mañana  con mengano para la quebrada, y regresaron fue en la noche, o comentarios como este: ¿sabes la última?, la hija de misia fulana, salió embarazada  del capataz de la hacienda, y la mandaron a temperar para los Teques,   y por supuesto  la barbería representaba el  lugar perfecto para las críticas, de manera clandestina, al régimen del general Marcos Pérez Jiménez.

 

  En el año 1992, a la avanzada edad de 82 años, fallece “Agapito Lago Suarez”, de “Profesión barbero”, tal como él mismo solía decirlo, dejando con su partida, una ejemplar familia, su esposa y sus  tres hijos: Isabel, Nicolasa y Ramón, este último, siguiendo muy de cerca, con mucha rectitud y honestidad, los pasos y el oficio de su padre, pero tristemente, con Agapito Lago, se fue también parte de nuestras vivencias, y parte de nuestra historia cotidiana, pero aquí, en esta hermosa tierra, quedó el recuerdo vivo, de un personaje que vino de otros , para formar  parte de nuestras vidas, de nuestras anécdotas, de nuestros mitos y leyendas, y por supuesto de nuestra historia, de esa historia poco contada, de aquel Charallave de antaño … 






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