lunes, 13 de enero de 2020

LA POLVAREDA QUE SALVO A CHARALLAVE ...PARA ALGUNOS UN MILAGRO DE SANTA ROSA DE LIMA




LA HISTORIA POCO CONTADA 

 

“LA POLVAREDA QUE SALVO A CHARALLAVE

 AQUEL 20 DE FEBRERO DE 1814 “

 

 

 

POR . JUAN QUINTANA 

 

 

  Esta es parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave  con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas  y su  historia, y en el “Adobe pueblo de antaño“ mantenemos aún vivo el recuerdo de esa hermosa historia, “de la  historia   poco contada”  como la de “La polvareda que salvó a Charallave aquel 20 de febrero de 1814“

 

 

 

  Sin duda alguna que la sabiduría popular, afianzada en la tradición oral, tienen un peso muy importante en la vida cotidiana de los pueblos, esas leyendas, anécdotas o historias  que se transmiten de boca en boca han dejado una impronta insoslayable en la gente apacible de nuestro pueblo, y que aún se siguen transmitiendo a las nuevas generaciones,  quizás con verdades reales, medias verdades, o solo producto de la imaginación,  pero que en definitiva están allí y forman parte de nuestras historias poco contadas.

 

 Aquel 20 de febrero de 1814, el miedo y la incertidumbre embargaron de manera sorprendente a nuestro pueblo, el pánico era inevitable, la muerte venia galopando a caballo, y sin duda, acechaba a los escasos 4000 pobladores que tenía Charallave para ese entonces, estaba escrito, y su victoria unos días antes así lo afirmaba, el temible y sanguinario Rosete tomaría por asalto al pueblo y lo devastaría para alimentar su cruel e inocultable maldad…, exactamente nueve días antes, el 11 de febrero de 1814, la barbarie representada por Rosete había  cometido una brutal masacre en Ocumare del Tuy, en compañía de unos 2.000 hombres, sin ningún tipo de piedad, Rosete masacró a militares y civiles sin distinción de sexo o edad, incluyendo aquellos que buscaron refugio en la iglesia de Ocumare del Tuy, en esa época el militar español y comandante del ejército real de barlovento, José Tomas Boves, (conocido como el urogallo y el taita); ordenó a Rosete marchar hacia Caracas a través de los Valles del Tuy, para que realizara,  las ya acostumbradas acciones criminales en  contra de la población civil en el marco de la guerra a muerte decretada por el libertador Simón Bolívar, el 15 de junio de 1813.

 

 Pero aquí en Charallave, la historia definitivamente fue otra, quizás  versiones encontradas que sin duda alguna han generado controversias, por una parte, entre quienes a lo largo de muchísimos años han estudiado la historia de nuestro pueblo,  y por la otra  quienes de manera fervorosa han creído fielmente  en los milagros de nuestra patrona Santa Rosa de Lima, no  pretendemos poner  en duda  la valentía, la fuerza, la entrega total  y el coraje, demostrado por nuestro héroe independentista  José Félix Ribas quien en su parte oficial de combate, publicado en la Gaceta de Caracas,  anunciaba el triunfo del pueblo sobre las tropas del realista Francisco Rosete en su cuartel general  de Charallave, ante este panorama, el ilustre militar criollo, general José Félix Ribas destacaba en su parte oficial lo siguiente, cito:

  “…Las armas de Venezuela, siempre triunfantes, acaban de tener la gloria de haber derrotado completamente al pérfido Rosete, en su Quartel General de Charayave, con 800 ó 1000 hombres. Como su situación es ventajosísima, creyeron hacerse firmes, y sacar todo el partido de que eran capaces, si las tropas de la República no tuvieran siempre el valor preciso para superar todos los obstáculos.
     A las 12, nuestras tropas se encontraron con una avanzada enemiga en el sitio del Potrerito.  Fue batida. Le tomamos los fusiles y todos los caballos ensillados en que hacían su gran guardia. A las dos de la tarde, llegamos frente a este pueblo y haciendo desfilar 100 hombres de infantería, y 50 de carabineros, por la hacienda de cacao de los Alvarengas, para que le atacasen por la retaguardia; di órden al exército para que inmediatamente esta división rompiese el fuego, y atacasen de frente con toda la fuerza: efectivamente sucedió así; pero con tan buen éxito que aún no había cumplido una hora de fuego quando ya se había decidido á nuestro favor, tomándoles el pueblo, y poniéndose ellos en una precipitada y vergonzosa fuga; uno siquiera no pudo tomar el camino de Ocumare ni Santa Lucia. Todo el que no ha sido prisionero, muerto, ó herido, se ha encumbrado por la sierra, sin que uno vaya unido á otro: nuestras tropas le han perseguido por diversos puntos, encontrando los caminos de las serranías cubiertos de lanzas, caballos y cadáveres”.(sic).

  Ese es el parte de guerra de José Félix Ribas en la ya conocida Batalle de Charallave, está escrito para la historia,  sin duda alguna, pero sin embargo no quisiéramos  subestimar la esencia misma de la  sabiduría popular, anclada en la fe religiosa (“es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”), en tal sentido, cuenta la tradición popular, que en la víspera de aquel 20 de febrero de 1814, los feligreses  que aun permanecían en Charallave, elevaban sus oraciones a Santa Rosa de Lima en rogativas constantes dentro y fuera del Templo Santo, pedían fervorosamente para que Santa Rosa intercediera ante el todo poderoso y la barbarie no se consumara, pero de manera inesperada los habitantes de aquel viejo Charallave quedaron impresionados al ver ,muy cerca de las 12 del día, una enorme polvareda que se levantaba  en las inmediaciones  del viejo camino hacia Caracas, y de acuerdo a la tradición oral, el sanguinario Francisco Rosete al ver aquella inmensa nube de polvo que emergía muy cerca de su feroz ejército,  y pensando que se trataba de un contraataque de un gran ejercito patriota  liderado por José Félix Ribas, salió despavorido y decidió seguir su camino abandonando, incluso, parte de sus bestias e implementos de guerra.

 

  Según cuenta la historia cotidiana, aquella que en muchas oportunidades ha marcado definitivamente el rumbo de los pueblos, uno de los feligreses que acompañaban la rogativa, había soñado unos días antes con Santa Rosa de Lima, y que  se le había aparecido  advirtiéndole que en pocos días vendría  un personaje  satánico para Charallave con pretensiones de desaparecer a su pueblo, pero que ella no lo permitiría  y Santa Rosa  le dijo  en el sueño  que no tuvieran temor ya que “a mi pueblo no entrará”,  y fue así, como aquella polvareda que emergía del suelo Charallavense aquel 20 de febrero de 1814, produciría la sigilosa huida de aquel personaje sanguinario llamado Francisco Rosete, cuyas pretensiones no eran otras que la de acabar de manera brutal con los habitantes de aquel viejo pueblo de algunas callecitas  de tierra  o de caminos de recuas, o de picas y conucos, o de haciendas y ganado, aquella enorme polvareda que salvó a Charallave quedara , según la tradición  popular, como parte de esas historias de mi pueblo, de las historias poco contadas de aquel Charallave de antaño, que nos dejó un recuerdo en cada esquina 

 

 

FUENTES :

- Dossier 3.3: La Batalla de Charallave. por: Efrén Calero.

-Página de Tucuy.com

-Agencia AVN

-Tradición oral.

-Hermanas Isabel Teresa y Rosa María Rincones (con testimonios que vienen de generación en generación) 






1 comentario: