LA HISTORIA POCO CONTADA
“ LA BURBUJA “
UN RECUERDO AL RITMO DE LA “ROCK OLA”
POR . JUAN
QUINTANA
Esta es parte de la historia más
sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles
empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave de antaño
con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas
y su historia, de una
historia que guardamos celosamente en el Adobe Pueblo de Antaño, una historia
poco contada como la de "La Burbuja” la fuente de soda preferida
por los jóvenes en la década de los años 70.
Sin duda alguna los años 70
estuvieron marcados por un fuerte movimiento musical a nivel mundial, con una
evidente repercusión en todos los
pueblos de Venezuela, una época en la
cual comenzaron a relucir las famosas minitecas
en todo el país, en los clubes, los establecimientos nocturnos y hasta
en los mismos boulevares al aire libre era muy común un espectáculo con
minitecas, llegando a desplazar durante cierto tiempo, a los grupos musicales
en vivo, pero a la par de esta actividad musical, surgían
en las grandes ciudades las innovadoras
fuentes de soda, donde acudían mayoritariamente, jóvenes de la época…, aquí en nuestro pueblo, un
hombre muy arraigado en Charallave, de familia muy humilde, arriesgaba el poco
capital con el cual contaba, para ir a la par de la modernidad y establecer en
la avenida Bolívar de Charallave, justo
en un salón contiguo a su casa, al lado
del viejo liceo José Gregorio Hernández,
la primera fuente de soda de la cual se tienen referencias, ese fue Alejandro
Luque, un hombre de pueblo,
estimado por todos, un individuo alto, de un temperamento sumamente tranquilo y de poco hablar, un excelente beisbolista apodado entre sus amigos como “curvita” por la espectacular “curva” que
lanzaba, ya que era una de los mejores lanzadores con el cual contaba el equipo de béisbol preferido por todos “el Charallave bbc “.
Alejandro “curvita” Luque, en
compañía de su esposa e hijos, emprenden este modernísimo negocio denominado
fuente de soda “La Burbuja“, convirtiéndose
rápidamente en un establecimiento de mucho prestigio y renombre en todo el Tuy,
”La Burbuja“ además de ofrecer
helados, sándwich, batidos, merengadas, refrescos y dulces, fue el primer
establecimiento que comenzó a vender el
primer periódico deportivo de Venezuela, “Meridiano”, el cual dirigía Carlitos González, y que apenas tenía unos meses de haber
entrado en circulación en la ciudad
capital, en “La Burbuja” la venta del
diario Meridiano era total, es decir, se agotaba de inmediato, aunque no sabemos si era por el enorme
contenido deportivo del periódico, o por la acostumbrada foto de la contraportada, con una
despampanante modelo que salía “casi como Dios la trajo al mundo“, pero en caso de que quedaran algunos
ejemplares del diario “Meridiano”, su hijo Eduardo ”fofo” Luque, lo vendía en las diferentes calles del pueblo
al precio de promoción de 0,25 céntimos
es decir, un mediecito .
“La Burbuja” tenía un público
cautivo, representado en su mayoría por la gran cantidad de jóvenes estudiantes
del único liceo que existía en Charallave (José Gregorio Hernández), el boom
era sentarse en las escasas cuatro o cinco mesitas que tenía el pequeño local, y poder disfrutar
“a lo moderno”, en la primera y única fuente de soda de Charallave .
“La Burbuja” se convertiría rápidamente,
en un sitio de reencuentro obligado para
los jovenes de la década de los 70, quizás para hablar de farándula, comentar las películas del
momento, o de la elección de las mises en
Venezuela, tal vez algunos hablarían
de deporte ya que aún era tema de conversación entre los jóvenes de la época,
el hecho de que Magallanes hubiese ganado la Serie del Caribe en 1970, incluso
La Burbuja se prestaba para hacer las famosas “chuletas” antes de entrar a un examen con los profesores Saúl Manrique, Alberto
Ramos o Mauro Bolívar, también para
hablar sobre “el empate“ entre fulanita y fulanito, o el “corte de patas” que le dio fulanita a
fulanito, porque no sabía bailar, o porque le estaba coqueteando a su
compañerita de estudios, “La Burbuja“ de igual forma, era ideal para improvisar una tertulia entre los jóvenes
estudiantes y comentar entre ellos,
sobre sus sueños o anhelos de culminar
cuanto antes su ciclo básico, y poder ingresar en el liceo Pérez Bonalde de Ocumare
del Tuy, para concluir su 4to y 5to año, ya
que esto se convertiría finalmente en el trampolín de su futura
carrera universitaria, o hablar tal vez, sobre la tarde de matiné del domingo
anterior en el Club Los Peñones, con el
“mano a mano” entre el grupo “Época” de Santa Teresa y la “Sexta Sociedad” de Charallave,
o los bailes en el famoso Club Canario
organizado por Rómulo Méndez con la miniteca “Member”.
En aquella novedosa
fuente de soda “La Burbuja”,
algunos afiches psicodélicos y avisos de alguna marca de refresco, le daban
majestuosidad a la modernísima sinforola marca “rock ola”, modelo “Capri ii“, colocada justo en la
entrada derecha del pequeño salón,
que serviría de fondo musical para las
conversaciones cotidianas de aquellos jóvenes charallavenses…, las canciones de
moda eran sus favoritas: Led Zeppelin y su tema
Escalera al Cielo, Carlos Santana con Samba pa’ ti, La Formula V con su éxito Vacaciones de Verano, Henry Stephen, Limón
Limonero, Nicola Di Bari con “Vagabundo” , el grupo Creedence y Abajo en la
Esquina, Camilo Sesto Algo de Mí, Los Beatles,
Rolling Stone, y sin duda un tema
musical que no podía dejar de sonar en esa Rock Ola, era “Dos Cosas”, canción
original de Luis Sarmiento, dirigido por Many Delgado, el cual cantaba nuestro coterráneo
Gustavito Farrera con el grupo La Sexta Sociedad y que había grabado con apenas
15 o 16 años.
¡nos vemos en La Burbuja¡, ¡espérame en La Burbuja¡ o ¡vamos a La Burbuja¡…, así era la invitación de la época, al mejor
estilo de los “pavitos y pavitas yeyé
gogó“, pero todos sin duda alguna “pavitos zanahorias”, jóvenes totalmente
sanos, característico de una época muy tranquila y menos convulsionada…, en La
Burbuja también recordamos que una torta
de queso, una torta de pan o quizás una empanada, acompañado de una deliciosa
Cola Dumbo, Grapette, Green Spot, Pepsi Cola, una Chicha A1 o una Orange
Crush, solo representaba un consumo promedio
de un real por persona.
Ese pequeño salón donde funcionó
“La Burbuja”, la primera fuente de soda de Charallave, sirvió
de escenario para orquestar infinidad de sueños de jóvenes de la década de los
70, futuros pintores, músicos, deportistas, profesionales en diferentes
carreras, pero además, ese mismo local de La Burbuja, se convirtió en un testigo silente, pero testigo al fin, de
infinidad de amores escondidos, de amores prohibidos, de amores liceístas, y
que muchos de ellos lograron consolidarse y formar futuras familias…,”La Burbuja” quedará en el recuerdo de
la inmensa mayoría de jóvenes que tuvimos la oportunidad de disfrutar de
aquellos tranquilos años 70, bajo un
cielo charallavense impregnado de cordialidad, de mucha amistad, pero sobre todo de mucha familiaridad, la música de la modernísima
Rock Ola de aquella innovadora fuente de soda llamada “La Burbuja”, retumbará para siempre, aunque de
manera silenciosa, en la mente de centenares de jóvenes que la recordarán y la
divulgaran, como otra de esas historias poco contadas de aquel Charallave de antaño.
¡….nos vemos en La Burbuja..!
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