sábado, 11 de enero de 2020

LA BURBUJA FUENTE DE SODA EN CHARALLAVE





LA HISTORIA POCO CONTADA 

“ LA BURBUJA “

UN RECUERDO AL RITMO DE LA “ROCK OLA”

POR . JUAN QUINTANA 

 

 

  Esta es parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave de antaño con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas  y su  historia,  de una historia que guardamos celosamente en el Adobe Pueblo de Antaño, una historia   poco contada como la de "La Burbuja” la fuente de soda preferida por los jóvenes en la década de los años 70.

 

   Sin duda alguna los años 70 estuvieron marcados por un fuerte movimiento musical a nivel mundial, con una evidente repercusión en  todos los pueblos de Venezuela, una época  en la cual comenzaron a relucir las famosas minitecas  en todo el país, en los clubes, los establecimientos nocturnos y hasta en los mismos boulevares al aire libre era muy común un espectáculo con minitecas, llegando a desplazar durante cierto tiempo, a los grupos musicales en vivo,  pero  a la par de esta actividad musical, surgían en las grandes ciudades  las innovadoras fuentes de soda, donde acudían mayoritariamente, jóvenes  de la época…, aquí en nuestro pueblo, un hombre muy arraigado en Charallave, de familia muy humilde, arriesgaba el poco capital con el cual contaba, para ir a la par de la modernidad y establecer en la avenida Bolívar de  Charallave, justo en un  salón contiguo a su casa, al lado del viejo liceo José Gregorio Hernández,  la primera fuente de soda de la cual se tienen referencias, ese fue  Alejandro  Luque, un hombre de pueblo,  estimado por todos, un individuo alto, de un temperamento sumamente  tranquilo y de poco hablar, un excelente  beisbolista apodado entre sus amigos como “curvita” por la espectacular “curva” que lanzaba, ya que era una de los mejores lanzadores  con el cual contaba el equipo  de béisbol preferido por todos “el Charallave bbc “.

 

  Alejandro “curvita” Luque, en compañía de su esposa e hijos, emprenden este modernísimo negocio denominado fuente de soda “La Burbuja“,     convirtiéndose rápidamente en un establecimiento de mucho prestigio y renombre en todo el Tuy, ”La Burbuja“ además de ofrecer helados, sándwich, batidos, merengadas, refrescos y dulces, fue el primer establecimiento que comenzó a vender  el primer periódico deportivo de Venezuela, “Meridiano”, el cual dirigía  Carlitos González,  y que apenas tenía unos meses de haber entrado en circulación  en la ciudad capital, en “La Burbuja” la venta del diario Meridiano era total, es decir, se agotaba de inmediato,  aunque no sabemos si era por el enorme contenido deportivo del periódico, o por la acostumbrada  foto de la contraportada, con una despampanante modelo que salía “casi como Dios la trajo al mundo“,  pero en caso de que quedaran algunos ejemplares  del diario “Meridiano”,  su hijo Eduardo ”fofo” Luque,  lo vendía en las diferentes calles del pueblo al precio  de promoción de 0,25 céntimos es decir, un mediecito .

 

“La Burbuja” tenía un público cautivo,  representado en su mayoría  por la gran cantidad de jóvenes estudiantes del único liceo que existía en Charallave (José Gregorio Hernández), el boom era sentarse en las escasas cuatro o cinco mesitas  que tenía el pequeño local, y poder disfrutar “a lo moderno”, en la primera y única fuente de soda de Charallave .

 

“La Burbuja” se convertiría rápidamente, en un sitio de reencuentro obligado  para los jovenes de la década de los 70, quizás para hablar  de farándula, comentar las películas del momento, o  de la elección de las  mises en  Venezuela, tal vez  algunos hablarían de deporte ya que aún era tema de conversación entre los jóvenes de la época, el hecho de que Magallanes hubiese ganado la Serie del Caribe en 1970, incluso La Burbuja se prestaba para hacer las famosas “chuletas”  antes de entrar a un examen  con los profesores Saúl Manrique, Alberto Ramos  o Mauro Bolívar, también para hablar sobre “el empate“ entre fulanita y fulanito,  o el “corte de patas” que le dio fulanita a fulanito, porque no sabía bailar, o porque le estaba coqueteando a su compañerita de estudios, “La Burbuja“ de igual forma, era ideal  para improvisar una tertulia entre los jóvenes estudiantes y  comentar entre ellos, sobre sus sueños o anhelos de  culminar cuanto antes su ciclo básico, y poder ingresar en el liceo Pérez Bonalde de Ocumare del Tuy, para concluir su 4to y 5to año, ya  que  esto se convertiría  finalmente en el trampolín de su futura carrera universitaria, o hablar tal vez, sobre la tarde de matiné del domingo anterior  en el Club Los Peñones, con el “mano a mano” entre el grupo “Época” de Santa Teresa y la “Sexta Sociedad” de Charallave, o los bailes en el famoso Club Canario   organizado por Rómulo Méndez con la miniteca “Member”.

 

  En aquella  novedosa  fuente de soda “La Burbuja”, algunos afiches psicodélicos y avisos de alguna marca de refresco, le daban majestuosidad a la modernísima sinforola marca “rock ola”,  modelo “Capri ii“, colocada justo en la entrada   derecha del pequeño salón, que  serviría de fondo musical para las conversaciones cotidianas de aquellos jóvenes charallavenses…, las canciones de moda eran sus favoritas: Led Zeppelin y su tema  Escalera al Cielo, Carlos Santana con Samba pa’ ti,  La Formula V con su éxito  Vacaciones de Verano, Henry Stephen, Limón Limonero, Nicola Di Bari con “Vagabundo” , el grupo Creedence y Abajo en la Esquina, Camilo Sesto Algo de Mí,   Los Beatles, Rolling Stone,  y sin duda un tema musical que no podía dejar de sonar en esa Rock Ola, era “Dos Cosas”, canción original de Luis Sarmiento, dirigido por Many Delgado, el cual cantaba nuestro coterráneo Gustavito Farrera con el grupo La Sexta Sociedad y que había grabado con apenas 15 o 16 años.

 

 ¡nos vemos en La Burbuja¡,  ¡espérame en La Burbuja¡  o ¡vamos a La Burbuja¡…, así   era la invitación de la época, al mejor estilo de los  “pavitos y pavitas yeyé gogó“, pero todos sin duda alguna “pavitos zanahorias”, jóvenes totalmente sanos, característico de una época muy tranquila y menos convulsionada…, en La Burbuja  también recordamos que una torta de queso, una torta de pan o quizás una empanada, acompañado de una deliciosa Cola Dumbo, Grapette, Green Spot, Pepsi Cola, una Chicha A1  o una  Orange Crush, solo  representaba un consumo promedio de un real por persona.

 

  Ese pequeño salón donde funcionó “La Burbuja”,  la primera fuente de soda de Charallave, sirvió de escenario para orquestar infinidad de sueños de jóvenes de la década de los 70, futuros pintores, músicos, deportistas, profesionales en diferentes carreras, pero además, ese mismo local de La Burbuja,  se convirtió en  un testigo silente, pero testigo al fin, de infinidad de amores escondidos, de amores prohibidos, de amores liceístas, y que muchos de ellos lograron consolidarse y formar futuras familias…,”La Burbuja” quedará en el recuerdo de la inmensa mayoría de jóvenes que tuvimos la oportunidad de disfrutar de aquellos tranquilos  años 70, bajo un cielo charallavense impregnado de cordialidad, de  mucha amistad, pero sobre todo de mucha  familiaridad, la música de la modernísima Rock Ola de aquella innovadora fuente de soda llamada “La  Burbuja”, retumbará para siempre, aunque de manera silenciosa, en la mente de centenares de jóvenes que la recordarán y la divulgaran, como otra de esas historias poco contadas  de aquel Charallave de antaño.

 

¡….nos vemos en La Burbuja..!









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