lunes, 13 de enero de 2020

LA LOCHA ...LA MONEDA PREDILECTA DE AQUEL CHARALLAVE DE ANTAÑO



LA HISTORIA POCO CONTADA 

 

“LA  LOCHA“

“LA MONEDA PREDILECTA”

 

POR . JUAN QUINTANA 

 

 

  Esta es parte de la historia más sencilla de nuestro pueblo, la cotidianidad de aquel hermoso pueblo de calles empolvadas, de aquel pueblo apacible con gente amable, de aquel Charallave  con sus costumbres, tradiciones, personajes populares, anécdotas, leyendas,  y su  historia…, y en el “Adobe pueblo de antaño“,  mantenemos aún vivo el recuerdo de esa hermosa historia, de “la  historia   poco contada”  como la de “La Locha”, la moneda de  gratos recuerdos para el venezolano.

 

    Para algunos entendidos en la materia económica, “la locha”, o “el cuartillo” como también se le conocía, representaba quizás, la moneda de mayor circulación, y con seguridad la de mayor referencia comercial, no solo para la gente de Charallave, sino para todos los venezolanos, su valor exacto  era de doce céntimos y medio, lo que implicaba  que ocho lochas, equivalían  a un Bolívar, cuatro lochas equivalían a un real, y dos lochas equivalían a un medio…, ”las lochas”  o “los cuartillos”, se acuñaron por primera vez en 1896, bajo el gobierno de Joaquín Crespo, algunas eran de cobre, pero la mayoría fueron de níquel, sustituyendo así, a  una moneda que también se le llamo locha, pero su valor era de 2 ½ centavos, acuñadas por primera vez en 1876 bajo el gobierno de Antonio guzmán Blanco, esta moneda de 2 ½ centavos, también se le conocía en el interior del país, como “la zagaletona”, en verdad fue muy efímera su duración, ya que solamente  se acuñaron en 1876 y 1877, mientras que las lochas (12 ½ céntimos),  permanecieron  durante casi 80 años,  saliendo  de circulación en el año 1972, es decir, casi ochenta  años después de haber sido acuñadas por primera vez, dándole  paso a una nueva moneda de diez céntimos, que según los entendidos, se ajustaba mejor a los intercambios comerciales de la época, y la llamaron “la locha mocha”.

 

  La locha , sin duda alguna, fue referencia importante en aquel Charallave de nuestra época,  sirvió, no solo como moneda comercial, sino además, para chistes, historietas,  y anécdotas en nuestro pueblo…, recordamos cuando Rómulo Betancourt, durante su gobierno, decidió aumentar el precio de la leche, en una locha, que para entonces costaba “un real”, y pasó a costar “un real y cuartillo”, el pueblo todo, de manera jocosa, exclamaba en las casas, en las calles, en las plazas, y hasta en los  mercados:  ¡ esa locha …esa locha sí que tiene bastante leche..!

 

  Por ejemplo en las pulperías, o bodegas de aquel viejo Charallave, como la de “Aureliano Lamont”, la bodega de Juan Chiquin, la de Chucho Matute, Chucho Torres, la bodega de Bidu y Macanapo, la de Héctor Rivero, Antonio Malo, entre otras, era casi obligatorio, la venta de una locha de queso, una locha de papelón o “rule”, una locha de manteca, o aceite para las lamparitas, una locha de nepe  y por qué no, hasta una locha de café,con su respectiva ñapa.

 

La locha, era la moneda predilecta de los estudiantes de esa época, se utilizaba en  la vieja escuela Teresa de Bolívar, o en la Coromoto, o en cualquier escuela rural de nuestro pueblo, para comprar la merienda, bien fuera de chicha, melcocha, cortados, catalinas, o conservas…, al igual las hermanas Roble, vendían su granjería criolla,  en “una locha”, las arepitas dulces de Esperanza y Jesús María Pacheco, también costaban “una locha”…,durante las procesiones del Charallave de antaño,  los santos eran alumbrados con grandes velas de cera pura, que costaban también “una locha”, la entrada al cine de Asisclo Martínez, en la calle Real, en sus inicios, costaba solamente “una locha”, el primer refresco fabricado en Charallave, por Teodoro Felipe Ojeda, “Cola la Esperanza”,  su costo al inicio fue de  “una locha”,  las deliciosas, inimitables, inigualables, cotufas de Luis Higuera, “Luis el cotufero”, a un lado de nuestra Plaza Bolívar, también costaba “una locha”, en la esquina sur de esa misma Plaza Bolívar, estaba la Negra Felicia la manisera, con sus cucuruchos de maní, por tan solo “una locha”, mientras que en la esquina oeste de aquella añorada Plaza Bolívar, el tarantín de Salvador Pacheco “Cámara”,  nos invitaba a deleitarnos con su suculenta lapa, que costaba medio, si era entera, y la mitad costaba “una locha”, el pan de piquito, en cualquier panadería del pueblo, costaba una locha, el pasaje en la circunvalación, (los autobuses verdes de Pedro Cisneros), en sus inicios costaba medio, pero a los estudiantes  les  cobraba solo una locha ,y cuando alguien en el pueblo tenía la cara muy redonda, los mamadores de gallo o tomadores de pelo, lo llamaban en tono burlón: ”epa cara’ e locha” …, pero aún en esta época, es grato oirá a nuestros viejos, cuando responden a algún saludo: ¿epale fulano, como anda la cosa?, aquí vale, en la lucha por la locha.

 

Sin duda alguna, que la fulana “locha”,  esa que representaba  la moneda predilecta de los muchachos de la época, paso a formar parte de nuestras vidas, de nuestras anécdotas, de nuestros mitos y leyendas, y por supuesto de nuestra historia, de esa historia poco contada, de aquel Charallave de antaño.





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